Blogia
Carmen Gómez Sánchez Álvarez

Bailando en la oscuridad (2000) de Lars von Trier

Bailando en la oscuridad (2000) de Lars von Trier







Selma Jezkova (Björk), inmigrante checa y madre soltera vive en una caravana con Gene, su hijo de diez años. Sus vecinos, el policía local y su mujer han cuidado de Selma y su hijo desde que llegaron a los Estados Unidos. Selma trabaja en una fábrica troquelando fregaderos de acero inoxidable. Una enfermedad hereditaria está dejando a Selma sin vista y está decidida a ahorrar todo el dinero necesario para asegurarle a su hijo una operación antes de que sufra el mismo mal. Cada día de cobro, añade más dinero al fondo de Gene, guardándolo en un lugar secreto. Por las noches Selma y su amiga Kathy (Catherine Deneuve) preparan una producción amateur del musical Sonrisas y lágrimas. Su entusiasmo suple su falta de experiencia ya que Kathy ha aceptado tomar parte sólo para levantar el ánimo de su amiga. Selma interpreta a María. De vez en cuando, las dos amigas van al cine para ver musicales. Con gran fastidio del público, Kathy tiene que describir a Selma lo que ésta no puede ver en la pantalla. Kathy sospecha que la vista de Selma está mucho peor de lo que parece y se sorprende cuando ve que su amiga se las ha arreglado para pasar la prueba de visión que le permite continuar en el trabajo. De hecho, Selma ha repetido la tabla tal y como la tenía en su memoria. En realidad, ve muy poco y cada día menos. Selma tiene un admirador, Jeff, que espera pacientemente en el exterior de la fábrica deseando que algún día ésta acepte que le lleve a casa. Selma le rechaza pero Jeff la espera a pesar de todo.

Todas las piezas musicales que incluyan instrumentos y melodías procederán de los musicales predilectos de Selma. Es posible que haya fragmentos incorporados a esquemas de otra naturaleza o sonidos instrumentales empleados de un modo diferente. Selma siente debilidad por los efectos musicales más facilones: los riffs y demás estereotipos, abusando de ellos, indiferente por entero al buen gusto. Sin embargo, esta inclinación se combina con los sonidos de la vida, y así se conjura el peligro de la trivialidad. Su pasión son los sonidos más primarios, los que producen las cosas vivas: las manos, los pies, las voces, etc., (¿los bostezos tras una agotadora jornada laboral?), los ruidos de las máquinas y de todo lo mecánico; los sonidos de la naturaleza y, más que nada, los sonidos apagados que tienen que ver con el funcionamiento anormal de las cosas; el crujido de un entarimado en malas condiciones, sin ir más lejos. La música que prefiere es, por un lado, la que celebra los sueños y, por otro, la que celebra la vida. (http://www.geocities.com/cine_danes/Bailar_guion.html).

0 comentarios